NUVOLE CAOTICHE

"La humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica y otra, que practica pero no predica"

El otro día hablaba con unas amigas de un tema que comienza a ser recurrente en nuestras conversaciones precisamente ahora que llega "la caló".

El debate en cuestión era simple: ¿Existe o no existe ese espécimen denominado "follamigo"?.

Al respecto, existían diversas opiniones: una era la mía que, como siempre, optimista y llena de ilusión (jajajaja), afirmaba que éste sí existía y se daba con frecuencia en la actualidad. Otra era la opinión de Bea, que afirmaba que el follamigo era un ente imaginario, que no podía existir ( y así tan tajante me desmorona todas mis convicciones, ¡qué tía!). Ella argumentaba que un "follamigo" nunca era considerado como tal porque siempre había algo más detrás. De esta forma, una persona podía comenzar una relación (llamémosla "follamiguil") con otra, dejando desde un principio las reglas claras, y sin pretender nada más aparte del sexo cuando se apeteciera y la relación de amistad. Sin embargo, si la relación "follamiguil" se mantenía en el tiempo, uno de los dos participantes terminaba "colgándose" del otro (que se diera en ambos casos también podría ser posible, solo que de esta forma la relación "follamiguil" pasaría a ser otra cosa: llámese pareja estable, noviazgo...).

El caso más molesto, marcado con este eufemismo por no calificarlo de puteante, está recogido en la primera afirmación planteada por Bea, ya que, evidentemente, esta relación se ve abocada al fracaso. Pero volviendo a la cuestión de si el follamigoexiste o no, puedo concluir que el follamigo es un ente efímero que siempre se desvanecerá cuando uno de los dos implicados deje de ver al otro como lo que se pretendía inicialmente, un "follamigo". Este hecho ocurre de forma rápida porque éstos, previamente, son amigos...amigos que comienzan de repente a acostarse juntos, a ducharse juntos, a compartir momentos más íntimos y un largo etcétera que no voy a describir aquí (y menos a estas horas de la madrugada).
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A todo esto, tengo que afirmar, sin más remedio, que mi amiga Bea tenía razón, ya que mi experiencia obtiene como resultado la hipótesis que con tanta vehemencia ella defendía, además pudiéndolo corroborar de dos formas: en un caso fui yo la que se pilló de mi amigo y en otro, se coló el chico de mí. Y es cierto que por mucho que se pretenda dejar las cosas claras desde un principio, uno siempre verá lo que quiera ver: esperanza, una puerta abierta (a tu corazón oh...oh...); siempre se buscará lo más mínimo a lo que aferrarse. Es duro reconocer, por ambas partes, que ésto solo hace daño y no lleva a ningún sitio.

En fin, no hay más que decir, el "follamigo" es esa ilusión que vive y siempre vivirá en muchos de nosotros (a ver si algún día se hace realidad, jajaja).





Y con esto, la nena se va a dormir porque mañana le espera un día agotador...

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